Bogotá es el hogar de más de 7 millones de colombianos y extranjeros, quienes día a día interactúan en sus diversos espacios para desarrollar sus vidas, disfrutando la ciudad, pero también sintiendo sus dolores.
La pandemia nos ha permitido reconocer lo fundamental de la ciudad y de su espacio público para desarrollar nuestras vidas, nos exigió interactuar de forma diferente con la ciudad, con las demás personas y el ambiente, lo cual nos ha posibilitado repensar cómo quisiéramos habitarla y disfrutarla. El espacio público se constituye en un lugar preciado, así como la sala de nuestra casa, es de encuentro y de intercambio.
Siendo la ciudad nuestro hogar, debemos hacerlo más bonito, agradable y funcional para todas y todos, por lo tanto, quienes nos ocupamos de la gestión de las ciudades nos hemos preguntado sobre cómo lograr esta meta. Desde esta administración hemos identificado la importancia de repensar el espacio público para permitirle a la niñez, a las familias, los comerciantes que puedan vivir la ciudad con mayor disfrute y seguridad.
En esta línea, participamos con expertos de diversas ciudades en un seminario internacional Organizado por Metrópolis, una red mundial en la que convergen representantes de ciudades y áreas metropolitanas de distintas partes; durante el evento Learning from tactical urbanism: Metropolitan perspectives for long-term solutions, dialogamos sobre la innovación en el diseño y gestión de intervenciones urbanas de manera táctica y estratégica.
Escuchamos prácticas maravillosas de Barcelona, Montreal, Bruselas, Turín y El Salvador. Por nuestra parte compartimos algunas de las experiencias que hemos desarrollado con el aporte de varias entidades públicas, el sector privado, la comunidad internacional y la academia, que de manera comprometida vieron la necesidad de actuar colectivamente para transformar la ciudad.
Una de ellas es la Hackathon, en la que junto con estudiantes de varias universidades diseñamos intervenciones de urbanismo táctico, para mejorar plazoletas, parques vecinales y calles, mejorando su estética y la funcionalidad. Las primeras seis propuestas ya están en ejecución y se realizan con participación de estos estudiantes y los habitantes de los diversos sectores.
Otra, está dirigida a las y los niños, la llamamos “Calles Mágicas”, un proyecto diseñado para transformar con pintura zonas barriales con poco tráfico vehicular, en donde ellos puedan jugar y aprender con condiciones de bioseguridad.
También presentamos la estrategia de Espacio Público para el Cuidado, donde intervenimos zonas que han sido identificadas por alta violencia contra las mujeres y en las que mejoramos la iluminación, la estética, la funcionalidad con la ubicación de nuevo mobiliario, revitalizando el sector y disminuyendo el riesgo.
La estrategia de Acupuntura Urbana, idea maravillosa creada por el arquitecto finlandés Marco Casagrande, concibe a la ciudad como un sistema vivo que demanda renovación directa en puntos estratégicos y en Bogotá hemos decido aplicarla para reactivar la economía, el comercio, el arte y el ocio.
Este dialogo internacional nos permitió pensar lo que hacemos e identificar nuevas oportunidades que tenemos para embellecer nuestra ciudad, trabajo que requiere del apoyo de todos y todas las ciudadanas, sectores productivos y organizaciones sociales que reconocen a la ciudad como un bien común, que construimos conjuntamente para el disfrute de manera equitativa y segura de quienes vivimos en el que ya se consolida como el mejor hogar.
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