Desde las 8:30 de la mañana, algunos de los más importantes expertos en urbanismo y sostenibilidad se conectaron al Foro: Ciudad e Inclusión, Intervenciones en el Hábitat Popular, un evento organizado por la Secretaría Distrital del Hábitat con el propósito de generar espacios de reflexión y proposición en torno a los grandes retos que el urbanismo del siglo XXI debe afrontar frente a la informalidad urbana para la generación de ciudades inclusivas e incluyentes.
La jornada fue inaugurada por Nadya Rangel, secretaria de la entidad, Claudia López, alcaldesa de Bogotá y Joan Clos, ex subdirector general de la ONU; una de las figuras más prominentes en materia de urbanismo y desarrollo sostenible del mundo. Durante la apertura los tres manifestaron su entusiasmo y, desde su área expusieron casos y soluciones a la necesidad de crear espacios de este tipo para la construcción colectiva de ciudad.en pro de resolver los desafíos que plantea el acelerado proceso de urbanización.
“Tenemos que ‘bajar la vara’ en términos normativos para entender a la ciudad de origen informal. Esta tiene otros actores y otros elementos distintos a la formal. Vamos a implementar planes como la nueva curaduría pública articulados con los mejoramientos de vivienda y Plan Terrazas para permitir a las familias tener mejores instrumentos que les ayuden a mejorar sustancialmente su calidad de vida y a romper segregaciones espaciales”, dijo Rangel.
Por su parte, Claudia López, manifestó cómo el Plan Distrital de Desarrollo Un Nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del Siglo XXI, es una herramienta fundamental en el diseño de políticas públicas para fomentar una urbe incluyente y amable con el hábitat popular, Rangel por su parte explicó como este es un factor que los gobiernos no pueden dejar de lado si quieren que sus urbes se sostengan en el tiempo y Clos dio a conocer cuáles son los desafíos de la nueva agenda urbana frente al hábitat popular.
“En estos tiempos la riqueza no puede ser exclusiva. Por eso, debemos buscar compatibilidad en la sostenibilidad social, económica y ambiental. Con los retos del último año pasamos de la implementación de un Contrato Social a un rescate social. Tenemos claro que los huecos de las calles pueden esperar, pero los de los estómagos no”, dijo López durante su intervención.
Igualmente, la alcaldesa destacó la importancia de generar nuevas políticas públicas que serán incorporadas al Plan de Ordenamiento Territorial. Entre las prioridades están replantear lógicas de ciudad en términos de transporte fortaleciendo y creando alternativas al uso de transporte más sostenible, el fortalecimiento del tejido social a partir de impulsar el papel de la mujer en la economía a partir de equipamientos que permitan el apoyo a quienes cuidan a otros con más jardines, colegios y centros especializados, la creación de la Región Metropolitana y espacios públicos donde el peatón cuyos viajes representan alrededor del 24% de la movilidad de la ciudad, tengan mejores entornos.
A lo largo de la mañana se compararon casos y experiencias de distintas partes del mundo. Se pusieron sobre la mesa propuestas donde el concepto de ciudad fue más allá de la provisión de infraestructura para llegar a entenderse como la suma de características en las que también se hace necesario entender las dinámicas sociales, más aún de los sectores populares.
El foro estuvo dividido en cuatro paneles que desarrollaron un eje temático diferente: el reverdecimiento, la revitalización, la inclusión y el cuidado, cada uno a cargo de un moderador y con la participación de expertos sobresalientes en el tema. A lo largo de cada intervención se discutieron diferentes puntos en torno a las particularidades y el impacto de los asentamientos de origen informal que, según cifras oficiales, en Bogotá representan anualmente, alrededor del 30% del total de la fuerza expansiva de la ciudad.
Promover políticas que permitan a los asentamientos de origen informal armonizar con los ecosistemas de las zonas donde se erigen, y promover un desarrollo sostenible donde la prioridad sea el aprovechamiento de recursos y la mitigación frente al cambio climático fueron algunos de los ejes que desarrolló el primer panel sobre reverdecimiento.
Posteriormente, la mesa de revitalización se enfocó en las posibilidades que existen respecto a la reactivación de los sectores populares, una línea donde es fundamental la articulación de sectores en función de la implementación de proyectos integrales de vivienda, así como la reflexión frente a los proyectos urbanos estratégicos e instrumentos de gestión del suelo en la ciudad construida y consolidada, pero con altos déficits habitacionales.
En el panel de hábitat inclusivo se discutió cómo se pueden diseñar estrategias enfocadas a la inclusión espacial, social y económica a través de acciones de mejoramiento integral, así como la posibilidad de enfocar equipamientos y servicios que proporcionen oportunidades y mejores condiciones de vida, actuando directamente sobre los desafíos de la ciudad informal que promueven la desigualdad urbana.
Por último, la mesa del cuidado reunió a varios expertos para dialogar sobre la necesidad de implementar intervenciones desde la perspectiva del cuidado, el enfoque de género y el enfoque poblacional diferencial implementando estrategias de proximidad, calidad, diversidad y accesibilidad universal a servicios urbanos como una estrategia idónea de actuación.
La crisis sanitaria visibilizó aún más la magnitud de los desafíos de inequidad y exclusión en la ciudad y muy especialmente en la ciudad informal. Si bien se evidenciaron necesidades y limitaciones en materia de vivienda y hábitat, también ganó importancia la necesidad de entender el hábitat popular como una oportunidad para reconocer la ciudad informal e intervenirla, a través de aproximaciones innovadoras. De ahí que estos espacios aparecen como una opción clara donde el sector público, privado y la academia pueden converger para encontrar soluciones
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