La rápida urbanización ha llevado a Bogotá a expandirse hacia los bordes, presionando los servicios ecosistémicos y generando altos niveles de informalidad. Bien sea por cuenta de la falta de capacidad institucional, la incorrecta orientación de incentivos al sector constructor, o la ausencia de políticas claras de hábitat, cerca de un tercio de la ciudad es de origen informal. Entre 2015 y 2024, la ocupación informal/ ilegal aumentó un 34,5 %, pasando de 19.640 en 2015 a 29.965[1] en 2024.

Es urgente cambiar la forma como concebimos el territorio, nos relacionamos con él y, por ende, lo ocupamos. Comprender a profundidad los costos reales de la informalidad urbana y sus efectos con relación al cambio climático, y evaluar los mecanismos disponibles para enfrentar este desafío, son también una prioridad.

¿Sabemos cuánto nos cuesta la informalidad urbana?

El surgimiento de la ciudad informal obedece a una combinación de factores interconectados: crecimiento demográfico, migración, escasez de vivienda, gobernanza ineficiente y desastres naturales. En Bogotá, un hogar vulnerable es aquel que enfrenta una multiplicidad de efectos adversos, desde una ubicación geográfica desfavorable y falta de servicios básicos hasta una alta exposición a inundaciones y deslizamientos.

¿Cómo generar soluciones de vivienda para entre 800 mil y 1 millón de hogares[2] al año 2035?

Al parecer, nuestro mayor reto radica no solo en propiciar escenarios para que la vivienda sea asequible, sino asegurar que el desarrollo se dé en el marco de la legalidad, en zonas aptas y seguras.

En Bogotá, el 95 % de las zonas que monitorea la Secretaría del Hábitat se encuentran clasificadas como de riesgo no mitigable, es decir, con alta probabilidad para que se generen pérdidas humanas y/o infraestructura.

Herramientas novedosas ‘orientadas a las personas’

La informalidad urbana y el cambio climático tienen un costo oculto que, como sociedad, no hemos reconocido plenamente. Sin embargo, reducir sus costos (y efectos) futuros es posible. Como sector, desde la Secretaría del Hábitat venimos avanzando en varias estrategias:

1. Diseñamos un plan de vivienda a la medida de las personas. Mi Casa en Bogotá es novedoso en tanto acerca la oferta a la demanda VIS y VIP y amplía el abanico de alternativas (modalidad de vivienda nueva, arrendamiento -con/sin opción de compra- y mejoramiento habitacional) con 75.000 unidades durante el periodo 2024 y 2027. De forma paralela, venimos avanzando en medidas de gestión de suelo y formalización. Dicho esto, es vital no alterar las reglas de juego previamente dadas y, más bien, asegurar que sigan su curso los 25 Planes Parciales (en adopción, en concertación ambiental y en formulación) de ciudad, que representan 139.143 unidades de vivienda (VIP: 24.808 y VIS: 57.524) y estiman un impacto sobre 436.437 personas[3].

2. La ‘legalización de barrios’ como abordaje integral de los asentamientos informales. La legalización es un instrumento poderoso que ha permitido la integración de piezas desarrolladas al margen de la norma con el resto de la ciudad. Según el POT, en los últimos años, la ciudad ha legalizado más de 7.543 Ha. Como meta a 2027, esta administración espera aumentar 350 HA, una cifra producto de esfuerzos conjuntos entre la Secretaría Distrital del Hábitat y la Secretaría Distrital de Planeación. No solo los ‘PIMI’ y los ‘Ecobarrios’ contribuyen al mejoramiento, la revitalización urbana y al fortalecimiento de la gestión comunitaria. Como aporte a la mitigación ambiental y la adaptación al cambio climático, desde Hábitat venimos también implementando Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible que capturan y almacenan el agua de lluvia para reúso en riego y mantenimiento.

3. Construimos un Índice de Revitalización Urbana [4] que nos permite medir las condiciones de habitabilidad, ocupación y exposición a riesgos y fenómenos asociados al cambio climático. Buscamos no solo establecer brechas territoriales, sino mejorar la forma en que históricamente hemos focalizado la inversión.

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Algunos hallazgos preliminares sugieren

  • Las diez Unidades de Planeamiento Local (UPL) del borde del Río Bogotá reflejan un índice agregado (0,50) más bajo que el resto de la ciudad. Mientras que en Fontibón y Tintal prevalecen retos de adaptación y mitigación a efectos de variación climática, en Patio Bonito, Tibabuyes y Porvenir, es crucial el manejo de riesgos de desastre.

  • En Fontibón, Patio Bonito y Porvenir (0,45) persisten las mayores necesidades relacionadas al hábitat. Incluye escasez de espacio público, difícil acceso a vivienda o precariedad, alta dependencia económica y elevada densidad poblacional.

  • Lagos de Torca (0,63), que presenta condiciones excepcionales para vivir, debe potenciar la producción de vivienda formal. El proyecto es clave para reducir el déficit habitacional (88.410 unidades), dinamizar la economía y fomentar entornos urbanos resilientes. Bajo la lupa ambiental, se contribuirá a 146 HA de parques y humedales, reforestación de quebradas y 15 kilómetros de senderos ecológicos.

En resumen, venimos adelantando medidas que nos permitan ampliar nuestra comprensión territorial y alcanzar un mayor impacto. Con Mi Casa en Bogotá aseguramos que los hogares puedan acceder a la mejor vivienda posible según sus necesidades. Con la legalización y formalización, reducimos la exclusión socioespacial y combatimos el riesgo. Y con el Índice de Revitalización, aseguramos una mirada multidimensional (a escala barrial) que permite localizar y articular la inversión distrital, al tiempo que adelantar medidas de adaptación climática. Este enfoque, hacia un hábitat integral marca un cambio sustantivo en la forma como concebimos y gestionamos el territorio, pero sobre todo, en la forma como construimos ciudadanía.

[1] Del total de ocupaciones de 2024, 56% corresponden a tipo ‘consolidado’ mientras que el restante está ‘en proceso’ o ‘provisional’.
[2] Según datos de SDHT tomados del POT 2021de Bogotá la cifra de hogares demandados a 2035 es 1.067.525. De acuerdo con estimaciones del DNP 2024 la suma corresponde 800.000. Esto explicado por…
[3] Adicionalmente, se espera que los 35 Planes Parciales en curso generen 63 Ha de espacio público y 20 Ha de equipamientos.
[4] El índice toma una escala de cero (peor condición) a uno (la mejor condición posible).
Fecha de Expedición